CON TERAPIA GÉNICA, CONTROLAN EL ALCOHOLISMO

Un grupo de científicos de la Universidad de Chile y del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica desarrollaron un tratamiento contra el alcoholismo que, tras probarse en modelos animales, logró disminuir el consumo de alcohol en 80 por ciento.

Yedy Israel, del Programa de Farmacología Molecular y Clínica de la Universidad de Chile y uno de los líderes de la investigación, explica que los ratones de laboratorio con los que trabajan no son capaces de controlar su consumo de alcohol, al igual que las personas que son bebedores crónicos y, por lo mismo, pueden consumir el equivalente a 10 cervezas en sólo una hora.

Con ellos probaron la terapia, que consiste en una única inyección cerebral para evitar la  acumulación de acetaldehído en ese órgano y, por lo tanto, bloquear el placer por beber. “Una terapia que transforme alcohólicos en bebedores sociales sería de gran valor”, señala el experto y adelanta que dentro de los próximos proyectos está considerado un estudio clínico para probar el tratamiento en humanos.

Terapia genética

Cuando el acetaldehído del alcohol llega al cerebro hace que la dopamina se libere. De ahí que para las terapias los expertos usaron un gen capaz de inhibir el acetaldehído y con ello la adicción. Este gen fue incluido en un virus desactivado que sólo se usa como vehículo para llevarlo a su destino. En este caso, el cerebro.

A través de una sola inyección, que fue aplicada directamente en el sistema nervioso de las ratas, el grupo de animales que era adicto al alcohol y que bebía hasta ocho gramos de etanol diarios por kilo de peso (algo así como una botella de whisky en humanos) redujo su consumo en un 80 por ciento, mientras que el grupo que no bebía se rehusó a hacerlo.

“Lo interesante de nuestros estudios es que mediante la terapia génica podemos bloquear  la ingestión de etanol para toda la vida prácticamente con una sola dosis. Esto, porque logramos modificar la expresión genética de enzimas que están involucradas”, explica Mario Herrera, director del Laboratorio de Neurofarmacología.

Las ratas de este estudio pertenecen a la misma familia de animales con las que hace 64 años Jorge Mardones, también de la Universidad de Chile, demostró que el alcoholismo se heredaba.

Fuente: La Tercera
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