Grooming: Caen en sus redes
Educas a tus hijos para que no hablen con extraños en las calles, enciendes todas las alertas cuando se les acerca alguien “sospechoso” en un lugar público, pero los dejas estar en la computadora hasta altas horas de la noche y les regalas dispositivos con Internet ilimitado cuando son menores de edad.
Rápido, fácil e irreversible así es el acceso que tienen pederastas, ciberacosadores y abusadores sexuales que son depredadores en línea.
Hay iniciativas, campañas, proyectos e inclusive peticiones para que el Código Penal tipifique los delitos de los explotadores sexuales en la Red –como la propuesta del PAN–, pero las cifras de casos y pequeñas víctimas siguen en aumento.
México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en la creación de sitios web cuyo contenido se alimenta de material pornográfico que involucra a menores de edad, de acuerdo a datos de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), dados a conocer en el Foro Pornografía Infantil y Explotación Sexual en la Era Digital, en mayo del 2013.
Y uno de cada 10 menores entre 12 y 16 años ha recibido mensajes de carácter sexual por Internet, según la encuesta “EU Kids online II”, promovida por la Comisión Europea en su programa Safer Internet.
De acuerdo a datos de UNICEF, 16 mil 700 sitios web muestran imágenes de abusos a niños, de los que el 73 por ciento son menores de 10 años.
Estadísticas de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), demostraron que la presencia de niñas, niños y adolescentes en Internet ha incrementado en los últimos años, actualmente el 38 por ciento de los usuarios en Internet tienen entre seis y 18 años de edad, y se estima que en promedio la incursión dentro de los espacios digitales inicia a los ocho años.
En México, la ley establece en el Código Federal Penal, en el Artículo 200, que se penalizará al que “comercie, distribuya, exponga, haga circular u oferte, a menores de 18 años de edad, libros, escritos, grabaciones, filmes, fotografías, anuncios impresos, imágenes u objetos, de carácter pornográfico, reales o simulados, sea de manera física o a través de cualquier medio, se le impondrá de seis meses a cinco años de prisión y de 300 a 500 días de multa”.
El mencionado artículo no aplica para material que esté relacionado a la divulgación científica, artística, técnica o de educación sexual y de prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, a la fecha, no hay una ley que aplique al contenido en Internet, solamente si se trata de menores de edad, se considera pornografía infantil.
En lo que va de este año, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal reportó 100 casos de pornografía infantil, de los cuales solamente dos fueron llevados ante un juez.
A su vez, en este año la Comisión Nacional de Seguridad a través de la Policía Federal detuvo a seis presuntos delincuentes de producir y distribuir pornografía infantil. Administraban perfiles falsos de índole pederasta en redes sociales.
“Es importante impulsar una legislación que los proteja contra los acosadores dentro de espacios virtuales, ya que el grooming representa una nueva puerta de entrada hacia el abuso sexual, la pornografía o la trata de niños y niñas”, señaló María Josefina Menéndez, CEO de Save the Children en México.
Pero procesar a pedófilos es tan difícil como obtener pruebas de sus delitos.
Facebook no educa niños
La responsabilidad y la educación de los hijos no le corresponde a las autoridades, tampoco a Facebook, Snapchat, Instagram, Vine, YouTube o WhatsApp (que tienen restricciones para contenido sexual, gráfico o violento, pero que no han podido controlar las burlas o hacks a sus políticas de privacidad o seguridad).
Las redes sociales alertarán a los menores cuando se presente un video explícito del narcotráfico, por ejemplo. Pero no lo protegerán de perfiles falsos, creados por pederastas.
También censurarán imágenes en las que aparezcan desnudos o partes íntimas, pese a los detractores de la “falsa” censura en línea. Pero eso tampoco detecta patrones entre pedófilos.
Esa tarea es de los padres de familia, quienes deben tomar en cuenta que Internet es solo una extensión de la vida real. Lo que sucede ahí… no se queda ahí, se vuelve público y al alcance de cualquiera, sin la posibilidad de revertirlo.
¿Cómo se da el 'grooming'?
El grooming es la relación “emocional” que establece un adulto con un niño, con el fin de acosarlo sexualmente en Internet.
En la mayoría de los casos, el adulto (acosador) se hace pasar por otro niño o joven con el fin de establecer un lazo emocional con el niño (víctima).
El objetivo es ciberacosarlo sexualmente y trasladar la relación digital a encuentros personales que por lo general terminan en casos de abuso sexual.
Este tipo de engatusamiento por parte del adulto es astuto, ya que se gana la confianza del niño con mayor facilidad, pues detrás del monitor o pantalla, es más fácil engañar.
De acuerdo a Isabel Plaza, experta en el Uso Infantil de Nuevas Tecnologías de la Fundación Alia2, el adulto seduce al niño enseñándole imágenes o videos sexuales. Y le pide que le mande contenido de esta índole.
Después, lo compromete y comienza el ciberacoso –inclusive extorsión– con el fin de obtener un encuentro físico, fuera de la Red.
Armas contra el grooming
Muchas asociaciones en el mundo se han creado por expertos y padres de familia con el fin de apoyar la lucha contra los groomers y pedófilos.
En México, a principios de este mes, Save the Children lanzó la campaña #ContraelGrooming, con el fin de sensibilizar a la población sobre el riesgo del ciberacoso sexual a niños y adolescentes.
Esta práctica de explotación y acoso sexual a menores aún no es un delito en México.
LA REGIÓN SEMANARIO