Roja a la violencia
POR CARLOS LEDEZMA, CAROLINA HERNÁNDEZ
El cese de Miguel Herrera como técnico de la Selección Nacional no es solo un asunto de futbol.
Es un mensaje que trasciende las canchas y evidencia uno de los mayores problemas que vive el país: la violencia.
Hoy en México la agresión sigue siendo una forma de conseguir lo que uno quiere.
Las imágenes de un Piojo enfurecido encarando y golpeando al comentarista deportivo Christian Martinoli, y de su hija haciendo lo propio al exfutoblista Luis García, son el espejo de los cientos de atropellos que diariamente se ven en el país.
Son los maestros amagando con suspender clases si el gobierno no accede a sus peticiones…
Son los policías cuestionados por abuso de autoridad...
Son los manifestantes destrozando todo a su paso, arropados en la legitimidad de su causa…. Son cada uno de los golpes que día a día vivimos los mexicanos.
Por eso, la expulsión del Piojo ocupó las mesas de análisis, las portales de noticias, los muros de Facebook y los timelines de Twitter. No es que ya no importe el precio del dólar ni que sean menos significativas las reservas de petróleo. Es que en esas acciones nos vimos reflejados todos.
La respuesta de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) no podía ser otra. Aunque la presión social y –por supuesto económica– que enfrentó el organismo debió hacerle más fácil la decisión.
Decisión que muchos esperaban desde los mediocres resultados del equipo nacional en los recientes torneos y la baja eficacia del equipo, lo que ya amenazaba la credibilidad una Selección Nacional que genera millones de dólares.
Pero al final no fue la mala actuación de la Selección Nacional en la Copa América y Copa Oro lo que causó el cese de Herrera como técnico nacional, sino su actitud agresiva y poco tolerante.
“La violencia no cabe en la sociedad, en la familia y mucho menos en ningún deporte. Nadie que quiera imponerse con agresiones y no con ideas y conceptos sobre el principio de la libertad de expresión puede ser miembro de la Federación Mexicana de Futbol”, leyó Decio de María en la rueda de prensa en la que se oficializó la salida del entrenador nacional.
De María, quien a partir del próximo sábado 1 de agosto será el nuevo presidente de la FMF, recurrió al llamado código de ética para sustentar la decisión que, según sus declaraciones, se tomó junto a los dueños de los 18 clubes de la Liga MX.
“A pesar de una carrera extraordinaria y llena de éxitos tanto en la cancha como en la dirección técnica, los resultados no pueden ponerse por encima de nuestros estatutos, reglamentos, respeto y la libertad de expresión”, añadió el dirigente.
El mensaje debería escucharse más allá de las canchas de futbol.
La polémica continúa
El exfutbolista y ahora analista de Televisión Azteca, Luis García, quien fue agredido por la hija de Miguel Herrera en el aeropuerto de Filadelfia, señaló que otros integrantes de la Selección Mexicana de Futbol, demostraron una pésima actitud.
“Tenemos futbolistas mínimos, diminutos y pequeños en la cuestión futbolística también diminutos y pequeños en alma y mente, existen futbolísticas que no pueden ser mandamases en la selección porque no tienen la capacidad, no tiene la jerarquía para hacerlo. La selección nacional de pronto ya es secuestrada por muchos, por muchos torpes”, señaló el exjugador de Pumas en el programa Deporte Caliente de TV Azteca.
Apuntó específicamente a Paul Aguilar, quien aseguró que el día del incidente decía: “Hay tiro, hay tiro”.
“Y esta sonrisa socarrona, medianita, tuya Guillermo Ochoa, que eres un portero para mi mediano, desde cualquier punto de análisis, pero mucho más mediano en otros sentidos, esa sonrisita que tuviste durante todo el viaje de Atlanta a Filadelfia, festejando esta histeria, ese tipo de personajes no pueden estar en la Selección Nacional”, dijo García.
En su mensaje, el comentarista también arremetió contra los hermanos Jonathan y Giovani Dos Santos, quienes minutos después de la agresión de Herrera hacia Martinoli, publicaron tuits de apoyo a su entonces entrenador.
“Qué decir lo de los hermanos Dos Santos. Cuando tu pones un par de tuits, grotescos, confirmas lo que mucha gente dice penosamente, que el futbolista mexicano no piensa. Una muestra perfecta de una nulidad intelectual, tu no puedes aplaudir una agresión, aunque sea tu entrenador, aunque sea tu cuate, aunque sea el tipo que te haya puesto de titular”, añadió García.
Piojo con ‘mecha corta’
Los arrebatos violentos de Miguel Herrera no son nuevos. Desde que era jugador, el “Piojo” era conocido por tener “la mecha corta”.
Los incontables altercados con jugadores rivales, técnicos e incluso aficionados no son desconocidos.
Cuando jugaba, los árbitros necesitaban tener las manos cerca de los bolsillos de las tarjetas porque de antemano sabían que las iban a necesitar.
Quizá nadie mejor que el hondureño Dolmo Flores sepa de este exceso de carácter del ahora extécnico nacional.
Era 1992 y México se preparaba para asistir al Mundial de Estados Unidos. Miguel Herrera presumía ya una alborotada y rebelde cabellera, aunque tenía muchos kilos menos.
En entrenador de la Selección era Miguel Mejía Barón. Herrera compartía la cancha con una camada de grandes jugadores: Jorge Campos, Claudio Suárez, Ramón Ramírez, Ignacio Ambriz, Alberto García Aspe, Benjamín Galindo, incluso el mismo Luis García.
El Tri se enfrentaba a Honduras en las eliminatorias. Estaban en el Estadio Azteca.
Herrera marcaba por la banda izquierda a Flores, un rápido jugador que podía poner en peligro al equipo mexicano.
Un trazo largo inició la batalla de los dos jugadores. Herrera y Flores corrieron para ganar el balón, que finalmente salió del campo, mientras los futbolistas se enfrascaron en una batalla. Primero empujones de ambos y luego Flores le da un puñetazo en la cara a Herrera para ganarse la amarilla.
En la siguiente jugada, Herrera mostró su esencia. El jugador mexicano le propinó al hondureño una patada por detrás. Una patada que le costó la tarjeta roja y su lugar boleto a la Copa Mundial.
Mejía Barón consideró que era inconveniente llevar a Estados Unidos a un carrilero que podía ser un elefante en una cristalería.
Pierde piso
Lo que hoy le cuesta el trabajo a Miguel Herrera fue justamente lo que lo hizo destacar en su carrera.
Las arrebatadas reacciones del Piojo no siempre fueron señaladas con el dedo inquisidor. No. Hubo un tiempo en que Herrera representó el triunfo del futbol callejero. De la gambeta. Del joven humilde que busca brillar en las canchas y lo logra.
Incluso durante su participación en el Mundial de Brasil, Herrera acaparó las portadas de los diarios internacionales por su exageradas celebraciones, las cuales en ese momento fueron festejadas como “originales y apasionadas”.
The Wall Street Journal, The Guardian, Huffington Post y USA Today, le dedicaron artículos al estratega mexicano.
Pero el Piojo siempre fue un tipo temperamental y aguerrido. Desde su etapa como futbolista, corría por toda la banda derecha llevándose lo que tuviera enfrente, fuera la pelota o un rival.
A Herrera se le celebró su franqueza. Decir las cosas como van. Por eso en el 2013, cuando lo designaron entrenador de la Selección, todos aplaudieron.
El mesías salvador, redentor de los ratones verdes había llegado.
Herrera estaba en su mejor momento profesional. Había calificado al América a las semifinales del Apertura 2013 con un futbol ofensivo y vistoso.
Tomó a una selección herida y derrotada, para levantarla moralmente y calificarla a la Copa del Mundo de Brasil. Usaba trajes brillantes y elegantes, pero mantenía su discurso positivo y seguro.
Pero un día todo cambió…
Todo se derrumbó
Miguel Herrera comenzó a fallar como entrenador y de ser el más aclamado en el Mundial de Brasil 2014, el Piojo se convirtió en una de las figuras más criticadas y reprochadas en el país.
La malas actuaciones en partidos amistosos ante rivales de poco peso, y los resultados del Tricolor en las últimas semanas le pasaron factura.
Además, sus reacciones apasionadas dejaron de ser aplaudidas. Cayeron mal.
El Piojo pasó de ser un consentido de los medios y gran parte de la afición, al principal culpable del mal momento por el que pasa la Selección Nacional.
A la mala racha del equipo se le sumaron los incidentes con medios de comunicación y sus constantes críticas a los arbitrajes.
Todo se derrumbó.
3 más del Piojo
> 1994
Miguel Herrera era jugador del Atlante. Luego de un partido ante León, Herrera se preparaba para dar una entrevista cuando un aficionado esmeralda lo provocó por la espalda.
Fiel a su carácter, el Piojo se le fue encima.
> 1997
Cuando Miguel Herrera jugaba para Toros Neza, el equipo se enfrentó a la selección de Jamaica. El encuentro terminó en una batalla campal con patadas y puñetazos.
> 2013
El Piojo era entrenador del América y tuvo algunas diferencias con el director técnico de Santos, Pedro Caixinha. A cinco minutos de haber empezado el segundo tiempo, ambos técnicos se hicieron de palabras y estuvieron a punto de golpearse.
(Reporte Indigo)
LA REGIÓN SEMANARIO