La tarde más triste de Brasil; Alemania los humilla 7-1

Brasil, Bra. Julio 08.-Al minuto 28, decenas de miles de niños, mujeres y hombres que habían acudido, convencidos, a una fiesta, eran protagonistas de la tarde invernal más triste de su vida futbolera.


El histórico maracanazo convertido en una tragedia menor… porque la enorme herida de este martes 8 de julio asoma infinita.

Lloraban. Se preguntaban entre sí los aficionados más aficionados del mundo, qué pasaba, mientras sus ojos miraban de reojo el vendaval alemán que sin piedad desnudaba en el estadio Mineirao, en su territorio, las profundas carencias de la selección brasileña.

Acababa de pasar una eternidad. Apenas seis minutos, los más largos, tristes, humillantes, caóticos, en la historia del futbol carioca.

Seis minutos equivalentes a cuatro goles o, si se prefiere, para hacer menos abrumadora la cuenta, 18 minutos en que ante el estupor de una desconocida escuadra vestida de amarillo y verde, cayeron cinco goles germanos.

Desolación. Dolor desgarrador. Terminaba el primer tiempo del duelo de semifinales entre Brasil y Alemania con un increíble ¡5-0!

Sí, había lágrimas en la tribuna. Incredulidad. Un abrir y cerrar de ojos cruel, para sólo comprobar que no era una pesadilla, que la goliza de Alemania a Brasil, la más holgada en la historia de los mundiales en fase de semifinales, estaba ahí, taladrante… 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 goles en contra y apenas, en la agonía del juego, uno a favor. Así acabó el martirio brasileño.

En Brasil el nuevo sinónimo de desgracia se conoce como mineirazo




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