Efecto gym // Sección ¿A ti te ha pasado?

Mariela Foret //Columnista

Existe una época en nuestras vidas en las que el efecto gym se apodera de nosotros, y puede que no sea una vez, si no varias, pero la más importante es la que está detrás de un rompimiento amoroso.


Sí, me refiero a la fase en que el llanto, la depresión y los kilos de helado han desaparecido y viene el propósito por hacer ejercicio para ser la cosa más sexy que nuestro ex haya visto en dos piernas.

Así que tiramos los pañuelos,  las palomitas y la peli romántica donde la protagonista si es feliz con el hombre de sus sueños,  y buscamos en el closet, los pants y tenis  para entrar en la etapa, “de efecto gym”.

Son esas ganas de perder lo que has comido en los últimos cinco años, y ser esa versión de Jennifer López de bajo presupuesto por las que todos los chicos baben (especialmente los amigos de tu ex).

Así que entras a un riguroso entrenamiento donde cien lagartijas  ochenta abdominales cincuenta sentadillas y media hora de aparatos, son el  pan de cada día en los próximos meses, para lograr tu objetivo.  

Y ahí estas, muriendo de cansancio y pidiendo clemencia porque tu rutina sea un poco mas ligera,  y aguantas  y aguantas lo que, creías imposible de que sucediera, solo por llevar a cabo la imagen que tienes en tu cabeza y  que la escena  se haga realidad esa de llegar al antro con un vestido entallado bolso acorde y zapatillas de infarto que causen el efecto deseado.

Y te visualizas en el escena, que crees pasara en unos meses, cuando tú meta haya concluido , imaginas  luciendo increíblemente y que por lo menos veinte chicos voltearan a verte, ya que esa noche serás un copia de Jessica Rabbit , miraras de reojo la mesa de tu ex y fingirás que él no está ahí, o que no lo has visto, sus amigos lo codearan para que fije su atención en ti, el volteara y clavara su mirada sobre donde estas, y su boca caerá veinte centímetros antes del suelo tipo Jim Carrie en la película de la máscara, de lo impresionado que estará, por lo realmente increíble que luces, sus compañeros de mesa no lo dejaran en paz esa noche reprochándole lo patético que es en haberte dejado ir,  y tu triunfaras, sonreirás y los meses atrás abran valido la pena solo por ver esa expresión en su rostro…
¡Bien!  ya terminaste de soñar, veamos… 


Si eres realmente dedicada, y eres de esas personas que cuando quieren algo realmente lo logran, felicidades vas a conseguirlo.

Pero si por el contrario ,eres  de esas que a los dos días de ir al gym no pueden ni sentarse para ir al baño y apuradamente y pueden levantar una mano sin que su quijada tiemple de lo doloroso que es el día siguiente después de la rutina, lamento decirte que puede que no dures ni quince días y que al final, poder moverte con facilidad valga mas la pena que toda la escena que acabo de recrear en tu mente así que, tranquila, todas algunas vez pasamos por el efecto gym para darle en la torre a ese que alguna vez nos desprecio, nos cambio por otra, o simplemente se fue y dejo un corazón roto.

 Lo más chistoso es que no somos las únicas,  en los hombres eso también sucede,  ellos también han tenido su momento de efecto gym tras una ruptura.

Así es que chicas  no tratemos de darle una lección aquello que no paso, y si somos  víctimas del efecto gym espero que sea porque no te gustan los números que refleja la bascula cuando subes a ella, o que lo hagas por ti y tu salud, sin que haya algún chico de por medio, recuerden que las cosas siempre pasan por algo,  y que algún día no muy lejano vamos a entender el por qué.

Nuestro problema es que a veces queremos que nos pasen las cosas correctas con las personas equivocadas, la vida o el destino son tan exacto que siempre encuentras alguien con quien compartir tus locuras… o mejor aún, el destino de encuentra a ti.

Recuerden que:

Lo esencial es invisible para los ojos y que los tiempos de dios son perfectos.

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