¿Qué pasa si tu pareja tiene perro y tú eres alérgico, o viceversa?

En primer lugar es importante tener claro que no hay nada que resuelva el problema de las alergias a los perros. Sin embargo, existen una serie de rutinas que pueden mitigar los efectos de las mismas.
En general todos los médicos recomiendan a las personas alérgicas no tener perro, pero si a pesar de dicha recomendación queremos tener un peludete en casa como ha sido nuestro caso, hay que tener en cuenta varias cosas.

Existen diferentes sintomatologías e intensidades de alergia. Hay alergias de tipo cutáneo, respiratorio, etc Y a su vez éstas pueden ser leves, moderadas o graves. Cada persona debe conocer qué tipo de alergia tiene y cómo es de intensa haciéndose las pruebas pertinentes y consultando con un alergólogo.

No es lo mismo una leve erupción cutánea que un ataque de asma. Una vez conocemos el tipo e intensidad de nuestra alergia podemos asumir o no, la responsabilidad de tener un peludete.

Si después de tener en cuenta todas estas cosas, decidimos adoptar un perro, ahí van una serie de consejos para disminuir los efectos que puede provocar la alergia.

Las sustancias derivadas del pelo y la piel de los animales pueden provocar alergias. Entre los animales domésticos, los gatos y los perros son los que más riesgo conllevan cuando viven en estrecho contacto con los habitantes de la casa.

Contrariamente a lo que se piensa, el pelo de los animales no es el principal causante de la alergia, sino las partículas de caspa. Igualmente, la piel de los animales, al ir renovándose, va desprendiendo pequeñas escamas que pueden actuar como alérgenos.

Las reacciones alérgicas pueden comportar los clásicos síntomas respiratorios y oculares, aunque a veces también pueden aparecer manifestaciones cutáneas como erupciones.

Las personas alérgicas a los animales, al respirar las partículas alérgenas (de caspa y piel) pueden notar los síntomas típicos provocados por otros alérgenos ambientales como:



    Rinitis
    Conjuntivitis
    Asma

Se manifiestan principalmente como picor de nariz y ojos, estornudos, congestión nasal, mucosidad, lagrimeo, tos, sensación de ahogo y ruidos respiratorios.

Además, el contacto con el pelo del animal, la caspa o la saliva, pueden provocar picor, urticaria o hinchazón en la zona de contacto con la piel o en los párpados.

En algunos casos, pueden producirse reacciones más graves con shock anafiláctico por mordeduras de ratas, hámsters u otros roedores, debido al paso del alérgeno a la circulación sanguínea.

En personas alérgicas a un animal con el que se convive, el contacto diario va produciendo una inflamación progresiva de las vías respiratorias, especialmente de los bronquios.

Se han descrito más de 300 especies animales capaces de producir alergias. Una persona tendrá una mayor probabilidad de desarrollar una alergia frente a aquellos animales con los que tiene un mayor contacto (por ejemplo, a las mascotas como perros y gatos, o un científico que trabaja con ratones en un laboratorio…).

En ocasiones, el propio animal no es el causante directo de la alergia, sino que lo son factores asociados al animal o de su entorno, como presencia de parásitos, garrapatas, mayor concentración de ácaros en el ambiente…


Mantenga a la mascota ofensiva fuera de su cuarto

Mantenga a la mascota fuera de la casa, si es posible

Existe evidencia reciente que bañando al animal semanalmente reducirá la cantidad de alérgenos que se distribuyen en el ambiente

Pida a un miembro no alérgico de su familia que cepille a su mascota en el exterior

Reemplace la ropa de cama y las alfombras que tengan caspa de animales
Los estudios han demostrado que la inmunoterapia mejorará pero no prevendrá completamente los síntomas alérgicos

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