EMPLEAN MOSCAS DE LA FRUTA PARA CONOCER CÓMO SURGE LA DIABETES

En el Laboratorio de Transducción de Señales del Instituto de Neurobiología (INb) de la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Juriquilla, en Querétaro, aprovechan la facilidad de trabajar con las llamadas moscas de la fruta para comprender, entre otras cosas, el proceso de la diabetes. Ello se debe a que estos pequeños insectos comparten 70 por ciento de los genes con el ser humano.


Al respecto, el investigador Juan Rafael Riesgo Escovar indicó que han identificado diversos genes involucrados con la diabetes, con lo que se podrá entender mejor el proceso de este mal, principal causa de muerte en México.

El científico universitario explicó que en su laboratorio se han creado moscas mutantes, es decir, que padecen diabetes a fin de analizar a nivel genético las afecciones que causa esa enfermedad. El equipo del INb ha identificado varios genes relacionados con el trastorno en estos ejemplares de laboratorio.

“En la mosca de la fruta hay ocho genes parecidos a la insulina y un receptor de insulina muy similar al de humanos. Además, vimos la parte dentro de las células que transmiten la información desde la superficie de éstas hacia al interior para modular el metabolismo”, informó.

Señaló que uno de los primeros genes que han logrado aislar es el conocido como chico, debido al reducido tamaño del insecto, el cual está relacionado con la talla de esos animales. “Si no tienen el metabolismo correcto de carbohidratos y lípidos, se reflejará en que serán más pequeñitos y tardan más en desarrollarse, además acumulan grasa y se vuelven diabéticas”.

Los investigadores realizaron diversas pruebas con frijoles, al incluirlo en la dieta de las moscas. Hallaron que la fibra de esta leguminosa ayuda a que los azúcares del organismo sean absorbidos y no pasen al interior del animal, “se queda en el intestino y las vuelve menos diabéticas”. La idea, agregó, es realizar varios experimentos con estos insectos y con base en buenos resultados, en un futuro aplicar lo mismo en algún otro tipo de organismos, incluso en humanos.

“En el laboratorio tenemos un gen que estamos caracterizando y nos acabamos de percatar que tiene ese mismo genotipo. Estamos haciendo pruebas para demostrar que está en la vía de la insulina y si es así, implicaría que tenemos otros genes que no sabíamos”, apuntó.

Resaltó que la mosca de la fruta es un organismo útil y versátil debido a su tamaño y que su ciclo de vida es mucho más rápido (se reproducen en miles y viven entre mes y mes y medio) que cualquier otro ejemplar, por lo que es mucho más económico, sencillo y funcional trabajar con ellos.

“Podemos tener generaciones en 10 días, una de ratas o ratones tardan meses, también podemos hacer pruebas con muchos individuos en un espacio muy reducido, su homogenidad también ayuda, son muy parecidas en todo y se pueden comparar de manera más rigurosa, eso no se puede hacer con otros modelos”, detalló

Los tipos de diabetes que aparecen en las moscas mutantes de la fruta, dijo, son muy parecidos a los del humano. “Éstas tienen más grasa que las normales y la acumulan en el cuerpo, son gorditas y tienen problemas con el azúcar, se desarrollan más lento, presentan problemas de visión y en el cerebro. Sus genes son muy parecidos y trabajan igual. Ese modelo es más sencillo, barato y con él podemos obtener casi los mismos resultados que con otros modelos a fin de comprender esa enfermedad”.

Este insecto es uno de los más estudiados a escala mundial. Para Riesgo Escovar trabajar con esas moscas no sólo ha sido útil, sino divertido. “Sirven para muchas cosas, algo que no hacemos nosotros en el laboratorio, pero se ha hecho muchos años, es usarlas para probar los tipos de veneno, porque su hígado es muy parecido al nuestro, también se hacen estudios sobre cáncer, aquí trabajamos además el desarrollo embrionario. Hay moscas que tienen ataques cardiacos, se pueden volver alcohólicas o drogadictas, presentan aprendizaje y memoria, y es que tienen los mismos genes que operan en nosotros, por lo que un modelo descubierto en ellas es válido para los humanos.

Fuente: La Jornada
Con la tecnología de Blogger.